Otra entrega más, la cuarta, sobre las Rías
Baixas. En este caso, le corresponde el turno a la pontevedresa península de O Grove (El Grove en castellano). En
ella, aunque existen otros sitios interesantes que merecen una visita, centraré
mi atención en los siguientes lugares:
· 1. Playa de La Lanzada (A).
· 2. Isla de La Toja (B).
· 3. O Grove (C).
· 4. San Vicente do Mar (D).
La
playa de A Lanzada (La Lanzada en castellano) puede visitarse al
principio y/o al final de la excursión, ya que es la vía de entrada y salida de
la península de O Grove. Para el
resto de la visita, lo que yo os recomiendo es, primero visitar la Isla de La
Toja (A Toxa en gallego), después O Grove y más tarde dirigirnos a San Vicente do Mar para comer allí y
disfrutar de un bello recorrido a pie por la costa que nunca olvidaréis.
1.) Playa de A Lanzada.
Es
una de las playas más famosas de Galicia. Figura siempre entre las mejores
playas gallegas en todas las clasificaciones, junto a playas como la de Las
Catedrales (Lugo) y la de Rodas en las Islas Cíes (Pontevedra).
Hasta el siglo XVII, la actual península de O Grove era una isla o por lo menos así figuraba en los mapas de la época. La acumulación de arena entre la isla y tierra firme formó un tómbolo de unos dos kilómetros de largo que dio lugar al istmo en el que en la actualidad se encuentra la playa de A Lanzada.
Playa de La Lanzada vista desde Punta Raeiros. |
La zona llegó a tener un grado de degradación importante, pero el cambio de trazado de la carretera y la introducción de medidas medioambientales correctoras han permitido la regeneración natural de las dunas de la playa de A Lanzada y su entorno. En la actualidad, existe un sendero de madera, paralelo a la playa, con accesos balizados, que permite pasear por el exterior del cordón de dunas sin dañar este espacio natural.
Dunas recuperadas en la playa de A Lanzada. Las flores blancas son azucenas de mar (Pancratium maritimun). |
Es
una playa magnífica para bañarse (poco por sus gélidas aguas), disfrutar del
sol, pasear y practicar surf. En verano hay escuelas de surf que llenan
de color el principio de la playa por el lado de Sanxenxo.
2.) Isla de La Toja.
La
Isla de La Toja (A Toxa en gallego)
es una visita obligada en las Rías Baixas.
Esta pequeña isla, unida a la península de O
Grove por un pequeño puente, que en su momento (1910) fue el más largo de
Europa con sus 290 metros, es célebre en Galicia, en el resto de España e
internacionalmente, desde finales del siglo XIX, por sus magníficos balnearios
de aguas medicinales y su casino. Fue la pionera del turismo gallego.
La
visita turística obligada en La Toja es la ermita de las conchas y el bonito
jardín que hay junto a ella. La capilla está dedicada a la Virgen del Carmen y
a San Caralampio, y su atractivo principal es que todo su exterior está
recubierto con conchas de vieira pintadas de blanco. A la entrada al jardín suelen
haber puestos de “colareiras”, en los
que estas artesanas venden sus bonitos collares elaborados con conchas marinas.
Es un precioso regalo que nunca defrauda.
Antes de abandonar la isla es conveniente dar una vuelta, aunque sea en coche, para admirar sus bonitos paisajes marinos, su gran masa boscosa de pinos (con senderos transitables), el espectacular campo de golf de 9 hoyos y sus bonitas urbanizaciones, en las que tienen casa, entre otros grandes empresarios, Amancio Ortega, fundador del grupo Inditex.
Tee del hoyo 3 del Campo de Golf de La Toja. |
3.) O Grove.
La
villa de O Grove (El Grove en
castellano) es una población dedicada a la pesca y al marisqueo, con industrias
de conservas de pescado, en la que el turismo ha experimentado un gran auge en
las últimas décadas.
Es un lugar perfecto para tomar pescado y marisco en cualquiera de los bares y restaurantes cercanos al puerto, y el sitio ideal para hacer un crucero por la Ría de Arosa con visita a bateas de mejillones, ostras y vieiras; vista de fondos marinos; y degustación de mejillones al vapor regados con un buen vino de la zona.
4.) San Vicente do Mar.
El
municipio de O Grove tiene dos
parroquias, San Martiño y San Vicente. San Vicente do Mar es una pequeña
población que forma parte de esta última parroquia. En verano es difícil
aparcar el coche cerca del mar, pero no hay que desesperar, siempre hay algún
sitio.
Paseo marítimo de madera de San Vicente do Mar. |
La belleza del paseo es indudable. Al fondo "A Lanzada". |
Lo
más interesante de San Vicente do Mar, que no lo único, es su paseo marítimo de
madera. El paseo tiene una longitud de unos dos kilómetros y discurre entre el Puerto
Deportivo Pedras Negras, al este, y el final de la Playa de Canelas, en la
parte más occidental.
La
pasarela de madera solo interrumpe su trazado junto al mar a la altura de la
Playa de la Barrosa, donde se encuentra El Náutico, sitio mítico del que
hablaré más tarde.
La
costa por la que transita el paseo de madera está plagada de rocas graníticas
de formas redondeadas por la erosión tanto marina como eólica, y salpicada por
pequeñas calas con playas de fina arena. Los grandes bolos de granito y el mar forman
un paisaje espectacular de una extraordinaria belleza, que no debes perderte.
A
todo lo anterior hay unir la belleza de la vegetación que se entremezcla con
los bloques de granito, compuesta en su mayoría por tojos (ulex europaeus), arbusto espinoso con flores de color amarillo muy extendido por Galicia; y
por brezos (erica sp.), plantas con
flores de color rosado.
Brezo junto al paseo marítimo de San Vicente do Mar. |
Típico tojo gallego al borde del paseo de madera. |
Para comer, con vistas al mar la mejor opción sería la terraza del restaurante El Pirata, también un buen sitio para tomar un refresco o un café. En el interior, hay una placita abierta detrás, con un supermercado en la esquina, en la que hay un par de sitios para comer. Nosotros estuvimos en una ocasión en el que hay a la derecha, no recuerdo el nombre, y comimos de maravilla.
Y
por último, hay que ir al Náutico. Este mítico local viene ofreciendo música en
vivo desde hace más de dos décadas, con una programación estable de música variada
y de calidad (pop, rock, flamenco, jazz), tanto de músicos nacionales como
internacionales. Por esta sala han pasado artistas de la talla de Raimundo
Amador, Antonio Vega, Coque Malla, Christina Rosenvingen, Santiago Auserón, o
el gallego Iván Ferreiro, y grupos como Hot Legs, integrado por Rubén y Leiva
de Pereza, Carlos Tarque (cantante de M Clan) y otros grandes músicos, que han
interpretado juntos en esta sala temas de rock clásicos.
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