Playa de Espinos. Punta de Carreirón (Isla de Arosa). |
La ría de Arousa (Arosa en castellano) es la más grande de las rías gallegas. En esta nueva entrega os propongo un recorrido por el margen izquierdo de la ría visitando los siguientes lugares:
· 1. Cambados (C).
· 2. La Isla de Arosa. Espacio Natural Punta de Carreirón (B).
· 3. Villagarcía – Carril (A).
El
orden de la visita puede cambiarse a conveniencia. Yo recomiendo visitar a
primera hora Villagarcía-Carril, por ver en actividad, si es posible, la lonja
de Carril, junto al puerto. Después, la Isla de Arosa, para comer en el espacio
natural de Punta de Carreirón; y por último Cambados.
1.) Cambados.
Es conocida como la capital del vino
albariño, el mejor vino blanco de Galicia para muchos. Los amantes del vino
pueden disfrutar en Cambados de un magnífico Museo del Vino, así como visitar
alguna de las bodegas que forman parte de la ruta del vino de la Denominación
de Origen Rías Baixas.
En Cambados es inexcusable visitar la Plaza
de Fefiñans, joya de la arquitectura gallega. Para ello os recomiendo aparcar
en las proximidades del Parador de Cambados y subir, a su izquierda, por la Rúa
Príncipe y la Rúa Real hasta llegar a la plaza.
Es una plaza sobria y sencilla, de una singular
belleza. En ella destacan dos construcciones: el Pazo de Fefiñans y la Iglesia
de San Benito.
Iglesia de San Benito. |
El Pazo de Fefiñans, terminado en s. XVII, desde
siempre ha estado vinculado al vino; en la actualidad radican en el pazo dos
bodegas, en el ala norte la Bodega Gil Armada, y en el ala sur las Bodegas Pazo de Fefiñanes, ambas visitables.
A la izquierda se puede apreciar el puente que da acceso a la finca del Pazo de Fefiñans. |
Este gran palacio, de clara influencia renacentista, tiene forma de “L”. Cuenta con una torre almenada en una de sus esquinas y en la otra con un puente que comunica el pazo con la finca anexa. La decoración de la fachada, como es normal en los pazos, se concentra en las dos grandes puertas, en sus balcones, entre los que destacan dos balcones circulares que hay en sus esquinas, y en varios espléndidos escudos.
Los pazos gallegos. El término “pazo”, sinónimo de palacio, no se empieza a utilizar
hasta el siglo XVIII. Designa a
una edificación rural que tiene una doble función; la de residencia, por un
lado, y la de apoyo a las tareas de la explotación agrícola en la que normalmente
se inserta, por ejemplo como almacén de los frutos procedentes de la finca
anexa o del cobro de rentas, por otro.
Los pazos, que tuvieron
su auge en los siglos XVII y XVIII, son casas solariegas en las que se asientan,
fundamentalmente, familias hidalgas, la hidalguía. La palabra hidalgo es
sinónima de noble; pero una nobleza sin título y con escasos bienes y recursos.
En Galicia los hidalgos constituían un grupo heterogéneo caracterizado por sus
diferencias internas, tanto por sus niveles de riqueza como por su nivel cultural.
Son un grupo social formado, sustancialmente, por familias que procedían de la
nobleza medieval (pequeña nobleza y ramas secundarias de las casas nobles) y
por descendientes de eclesiásticos, mercaderes, procuradores, militares y
algunos campesinos que en la segunda mitad del siglo XVI y durante el siglo
XVII consiguieron acumular patrimonio. El patrimonio de estas familias hidalgas
estaba constituido, básicamente, por rentas procedentes de la agricultura
mediante el sistema de foros o subforos (cesión a largo plazo, por tres
generaciones o vidas de reyes, de un bien rústico a cambio de un canon o renta
anual que solía ser en especie, principalmente cereales – trigo y centeno – y
vino), y su enriquecimiento se debió en muchos casos a la acumulación de
vínculos por vía matrimonial entre familias hidalgas. El enriquecimiento de
estas familias les permitió acometer la construcción de estas edificaciones conocidas como pazos.
Los pazos tenían un importante
componente simbólico. Eran la expresión del poder y del prestigio de esa familia
hidalga en un lugar geográfico concreto (solar).
Arquitectónicamente, los
pazos, aunque los hubo de nueva construcción, se formaron, en la mayoría de las ocasiones, por
agregación de edificaciones, en muchos casos adosadas a torres de antiguas
fortalezas y castillos militares de la Edad Media. Su construcción es por lo
general de sillares de granito, total o parcialmente. Las plantas admiten
diferentes variantes: cuadrada o rectangular, dos alas en ángulo recto, en
forma de U o plantas irregulares. La portada principal solía estar orientada al
norte y en ella se concentran los elementos ornamentales más destacados del
pazo (escudos, balcones, escalinatas …). En la portada orientada hacia el sur,
la solana, solía haber galerías para aprovechar la luz.
2.) La Isla de Arosa. Espacio Natural Punta de Carreirón.
Antes de hablar del Espacio Natural Punta
de Carreirón, motivo principal de la visita a la Illa de Arousa, dos curiosidades sobre esta isla que da nombre a la
ría. La primera, que hasta hace relativamente poco tiempo era una verdadera
isla; el bello puente de forma curva que la une al continente, de unos dos
kilómetros de longitud, no se inauguró hasta el año 1985. La segunda, que no
fue municipio independiente hasta finales de 1996, en que se aprobó su
segregación del término municipal de Vilanova de Arousa.
Una vez en el buen camino hay que seguirlo
hasta el final, pasado el segundo camping que os encontréis, Camping Salinas.
Yo os recomiendo dejar el coche, a la izquierda, en un aparcamiento que cuidan
una pareja de jóvenes. Por 2,5 euros puedes tener el coche en lugar seguro el tiempo que quieras, sobre una mullida hierba y, con suerte, a la sombra.
Este Espacio Natural está catalogado como
Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) al estar integrado en el Complejo
Intermareal Umia - O Grove – A Lanzada – Punta de Carreirón y Laguna de
Bodeira. Es un sitio de excepcional belleza. Uno de
nuestros lugares preferidos en las Rías Baixas.
Una de las muchas playas paradisíacas de Punta de Carreirón. |
La Punta de Carreirón es una pequeña
península, unida al resto de la isla por el tómbolo de las Salinas. Está
rodeada de pequeñas calas y ensenadas con hermosas playas en su interior.
Todo ello entre rocas graníticas de insospechadas formas y una exuberante vegetación que enmarca todo el conjunto, formada por pequeños bosques de pino gallego con un frondoso sotobosque de grandes helechos. Si a esto unimos el colorido que aportan los brezos (rosa, fucsia) y los tojos (amarillo), nos encontramos ante un sitio de una belleza incomparable.
Todo ello entre rocas graníticas de insospechadas formas y una exuberante vegetación que enmarca todo el conjunto, formada por pequeños bosques de pino gallego con un frondoso sotobosque de grandes helechos. Si a esto unimos el colorido que aportan los brezos (rosa, fucsia) y los tojos (amarillo), nos encontramos ante un sitio de una belleza incomparable.
Lo mejor para conocer la Punta de Carreirón es seguir el Sendero de los Pilros, escogiendo uno de los dos trazados que se proponen en un cartel informativo que hay a la entrada al espacio natural. El primero (a), el más largo, da la vuelta a toda la península por la costa y tiene una longitud de 3600 metros y una duración estimada de 2 horas y media; el segundo (b) ataja por un hermoso camino de pinos y helechos y tiene una longitud de 2500 metros, con una duración estimada de 1 hora y media. Están bien señalizados y el camino es totalmente llano.
El sitio es ideal para comer, presentándose
dos opciones: la primera, hacer pícnic en alguna de las calas recónditas de este
paraje natural o en las mesas de piedra que hay bajo los pinos al principio del
recorrido; y la segunda, que os recomiendo, tomar algo en el chiringuito que
hay a la altura del camping Salinas, entre pinos, a la orilla del mar. Tienen
de todo y bueno.
3.) Villagarcía de Arosa – Carril.
Después de visitar la Isla de Arosa nos podemos
dirigir, por la costa, pasando por Vilanova de Arousa, a Villagarcía.
Vilagarcía de Arousa es una pequeña ciudad costera en
la que os propongo realizar un corto y plácido paseo por la orilla del mar hasta Carril. El camino hasta Carril discurre por el
Paseo Marítimo de Villagarcía, en su mayor parte paralelo a las playas de la
Concha y de Compostela. Hacia la mitad del paseo, que tiene una longitud de
unos dos kilómetros, podemos hacer una parada en el interesante Centro de
Interpretación de la Ría de Arosa (CIRA), que incluye un punto de información
turística.
Parques de cultivo de vivalvos. |
"Parquista" recogiendo almejas con un "ratro". |
Una vez en Carril, el sitio clave es el
puerto, donde se encuentra la Lonja y desde donde podemos disfrutar de unas
magníficas vistas de la Isla de Cortegada, visitable e integrada en el Parque Nacional de
las Islas Atlánticas. Por la lonja de Carril, además de berberechos y almejas,
pasan, desde el año 2014, las capturas de anguilas y lampreas.
Puerto de Carril con la Isla de Cortegada al fondo. |
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