miércoles, 14 de diciembre de 2016

Península del Morrazo: Cabo Udra - Hío - Cabo Home - Cangas (Rías Baixas 5).


La Península del Morrazo es la gran desconocida de las Rías Baixas. Situada entre la turística ría de Pontevedra y la de Vigo, pasa casi desapercibida. Sin embargo, como podremos comprobar en la presente entrada es un zona con lugares paradisíacos y paisajes que nunca olvidaréis. La visita al Cruceiro de Hío es la guinda de este hermoso pastel.

En esta ocasión, aprovecho la visita a Hío para introducir un pequeño espacio con información sobre una de las manifestaciones más importantes de la cultura popular gallega: los cruceiros.

En el recorrido que os propongo por la Península del/do Morrazo,  como casi siempre por lugares alejados del mundanal ruido donde predominan los paisajes naturales, centraré la visita en los siguientes lugares:

                    1. El Cabo Udra (B).
                    2. El Cruceiro de Hío (C).
                    3. El Cabo Home (D).
                    4. Cangas do Morrazo: un lugar para comer (E).
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Para conocer la Península do Morrazo, el recorrido se puede iniciar, indistintamente, por la ría de Pontevedra o por la de Vigo, según convenga. La ruta que propongo es la siguiente:



1.) El Cabo Udra.

Partimos en esta ocasión de la zona de Pontevedra y tras pasar por Marín (A), conocida en el resto de España por ser la sede de la Escuela Naval Militar, nos dirigimos por la costa meridional de la Ría de Pontevedra, disfrutando de sus magníficos paisajes, hasta Bueu. Desde allí, hay que seguir la carretera comarcal PO315 hasta tomar  el desvío en dirección al Cabo Udra – Playas de Ancoradoiro, Mourisca y Tuia, por la carretera local EP1302, hasta el final del asfalto. Este es un buen lugar para dejar el coche, junto a una zona merendero con barbacoas y mesas de granito.

Playa de Ancoradouro. Al fondo uno de los márgenes de la pequeña Ría de Aldan.

Se puede continuar en coche, o caminando, por una pista de tierra hasta el Aula de la Naturaleza que hay junto al Cabo Udra; pero lo suyo es dar un paseo a pie hasta las cercanas playas de Ancoradouro o la Mourisca, o seguir alguna de las sendas claramente marcadas que parten a la izquierda del aparcamiento que hay al inicio del camino de tierra, que nos llevarán hasta el Cabo Udra y el Aula de la Naturaleza, disfrutando de las magníficas vistas que hay de la costa, de la isla de Ons y de la ría de Pontevedra.

2.) El cruceiro de Hío.

Después de visitar el espacio natural del cabo Udra, hay que volver hasta el cruce con la carretera comarcal PO315 y seguir en dirección a Cangas hasta el cruce en dirección a O Hío.


Al fondo la Iglesia de San Andrés y en primer plano el famoso Cruceiro de Hío.
Es, sin duda, el cruceiro más espectacular de Galicia. Una pieza única. Se encuentra en el atrio de la iglesia de la Parroquia de Hío (Cangas) y merece una visita reposada y tranquila. Nosotros admiramos el cruceiro mientras leíamos una descripción detallada del mismo. Es la mejor manera de apreciar toda su belleza y la multitud de detalles que contiene.


Cruceiro de Hío.
La principal característica del cruceiro, dejando aparte su belleza artística, es que sus diferentes partes están construidas de una sola pieza, con algún añadido. Su escultor fue el maestro D. José Cerviño y se terminó en el año 1872. En él se pueden ver imágenes de diversas escenas bíblicas, desde la creación hasta el descenso de Cristo de la Cruz.

La cruz de este cruceiro es espectacular.
El cruceiro está compuesto de una plataforma octogonal con tres escalones sobre la que reposa una gran basa o pedestal, con forma de altar. Sobre este se alza el fuste, que tiene en la base una hornacina desde la que parte el “varal”, con esculturas como la de la expulsión del paraíso de Adán y Eva. La parte culminante es la Cruz, en la que se representa el descendimiento de Cristo crucificado.

Los cruceiros. Son cruces monumentales de piedra, compuestas de gradas, basa, fuste, capitel y cruz, erigidas como expresión de la religiosidad popular. Son una manifestación de la cultura gallega.
El material con el que tradicionalmente se han construido estas  obras es el granito, una piedra dura y difícil de tallar, que  aguanta bien la intemperie. Estas obras de arte, construidas por canteros, son por lo general anónimas.
Aunque las primeras referencias sobre la existencia de cruceiros datan de principios del siglo XIII, no es hasta principios del siglo XV, tras el paso de San Vicente Ferrer en peregrinación por Galicia camino de Bretaña, cuando se inicia su expansión por las tierras gallegas; esta es la tesis mantenida por Castelao en su clásica obra As Cruces de pedra na Galizia, publicada en 1950. El auge definitivo se produciría en los siglos XVII y XVIII.
De los cruceiros que se conservan, los más antiguos son el de Melide (s. XIV) y el de “Home Santo” en Santiago de Compostela (s. XV); la gran mayoría de los que podemos ver en la actualidad fueron erigidos en el siglo XX. Modernamente casi todos los cruceiros que se hacen tienen como finalidad decorar fincas particulares.
Las partes o elementos que constituyen un cruceiro, de abajo arriba, son las siguientes: 1.) La plataforma; 2.) El pedestal; 3.) El fuste; 4.) El capitel; y 5.) La cruz.


1.) La PLATAFORMA.- Es la parte inferior y está formada por varios escalones, normalmente tres aunque pueden llegar hasta cuatro, sobre los que se levanta el cruceiro.
2.) El PEDESTAL.- También denominado “basa”, es la pieza que va sobre la plataforma y sobre la que se encaja el fuste. Normalmente, en su cara frontal se incluyen, cuando existen, las inscripciones con datos sobre el motivo de su construcción y su finalidad.
3.) El FUSTE.- También llamado “varal”, es un elemento indispensable para diferenciar el cruceiro de otro tipo de cruces. Es una pieza alargada que se incrusta en el centro del pedestal y sobre la que descansa el capitel. Su longitud es variable y su forma también varía, pudiendo tener sección octogonal, circular (lisa o estriada) o cuadrada.
4.) El CAPITEL.- Se encuentra entre la Cruz y el fuste, encajando en este último mediante una espiga. No responden a una regla general y cada cantero los hacía a su gusto. Adopta generalmente forma tronco-piramidal invertida y la decoración está integrada por diferentes elementos ornamentales y simbólicos como vegetales,  volutas siguiendo modelos clásicos, cabezas de ángeles y hasta alusiones a la muerte como las calaveras.
5.) La CRUZ.- Es la parte culminante y la más importante del cruceiro. En la parte frontal o anverso de la cruz se sitúa, normalmente, el Cristo crucificado con la cabeza inclinada hacia un lado, por lo general hacia el hombro derecho. En el otro lado, el reverso, está destinado casi siempre a la Virgen María, que puede estar en actitud gozosa, con el Niño o como Inmaculada con las manos juntas en actitud de rezar; o en actitud dolorosa, como Virgen de Los Dolores con las manos recogidas sobre el pecho y de una a siete espadas clavadas en su corazón, o como Virgen de La Piedad, con su Hijo muerto en el regazo.

3.) El cabo Home.

Para dirigirnos al Cabo Home, siguiente parada en este recorrido por la península del Morrazo, hay que salir de Hío en dirección a Donón por la carretera local EP-1006. Al final de este pequeño pueblo, después de superar sus empinadas cuestas, llegamos a un mirador, el Mirador de la Caracola, en el que hay un pequeño aparcamiento y, lo más interesante, un chiringuito con una magnífica terraza con impresionantes vistas del Cabo Home y de las Islas Cíes.


Terraza del Mirador de la Caracola. Al fondo las Islas Cíes.

En este caso, dadas las circunstancias (calor, hora del día), hice una excepción y tomamos una cerveza, Estrella de Galicia, deliciosa. Todavía me acuerdo de lo buena que estaba y del espectacular paisaje y la tranquilidad que se disfruta en este lugar.


Faro del Cabo Home. Al fondo las playas de Rodas (izq.) y Figueira (drcha.) en las Islas Cíes. 

El camino asfaltado llega hasta aquí. Se puede continuar en coche en dirección al Cabo Home por una pista de tierra de algo más de 2 kilómetros que llega hasta un aparcamiento próximo a la famosa playa de Melide. Desde aquí hay diversos senderos por los que se puede llegar a la propia playa y a los tres faros que hay en la zona: el de Punta Subrido, el de Punta Robaleira y el del Cabo Home.


Playa de Nerga. Al fondo, en primer término la Punta Sobrido y su faro. Detrás las Islas Cíes.

4.) Cangas del Morrazo: un lugar para comer.

Comer, se puede comer en cualquier sitio y bien. Pero yo os recomiendo, ya que las distancias son cortas, que hagáis un alto en el recorrido cuando lo consideréis oportuno para visitar Cangas y comer allí. Luego, por la tarde, se puede continuar la visita y si hay oportunidad, acercaros a conocer las magníficas playas de Nerga y Barra, esta última nudista.

El sitio que os recomiendo en esta ocasión es el Restaurante Sol Poniente (C/ Antonio Nores, 4 – Cangas de Morrazo).  Es un restaurante modesto, sin pretensiones, en el que se puede comer buen pescado y buen marisco, bien cocinado, con una relación calidad precio excelente. Nosotros comimos, como plato principal, una cazuela de rape con langostinos, regada con un vino tinto de uva mencía de Joaquín Rebolledo (DO Valdeorras); todo magnífico. 

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