En
esta ocasión, con carácter excepcional, voy a comenzar recomendando como
imprescindible para visitar Granada un libro: “Granada
y la Alhambra”, de Ediciones Miguel Sánchez (240 págs.). Compré
este libro hace años en la librería del Corte Inglés de Granada por 10 € y
ahora, por poco más, se puede encontrar en cualquier tienda de recuerdos de la
ciudad, se ha convertido en un clásico.
El
libro contiene una valiosa información sobre los lugares y monumentos más atractivos
de Granada y sus alrededores, prestando especial atención a la Alhambra. Está
muy bien documentado, tiene unas magníficas fotografías e incluye unas
monografías muy interesantes. Puede ser utilizado como libro de lectura o como
guía en las visitas a los monumentos y lugares elegidos. Es un recuerdo valioso
y barato de la visita a la ciudad.
Los
lugares y monumentos que considero imprescindible visitar en Granada son los
siguientes:
- 1. La Alhambra.
- 2. El Albaicín.
- 3. El Monasterio de la
Cartuja.
1.- La Alhambra.
La
Alhambra es, sin lugar a dudas, el monumento más bello de Granada y uno de los
lugares más hermosos de Europa y del Mundo. Fue declarada junto al Generalife
Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984. Su visita es imprescindible.
Panorámica de la Alhambra desde el Mirador de San Nicolás. |
El
enclave de la Alhambra se puede dividir en tres áreas: La
Alcazaba, los Palacios Nazaríes y los jardines del Generalife. Es recomendable visitarla
por completo. El recorrido total tiene una longitud de 3,5 Km y se invierten
aproximadamente unas 3 horas en hacerlo. Teniendo en cuenta que el acceso a los
Palacios Nazaríes debe hacerse a la hora marcada en el ticket de entrada; que se pierde el derecho de acceso a este
espacio si se llega tarde, y que el resto de la visita debe hacerse en función
de dicha hora de entrada, el recorrido completo puede tener una duración bastante mayor.
Si
hubiera que priorizar, por cuestiones de tiempo o de condición física, la parte
menos interesante para mi gusto sería la Alcazaba, después el Palacio de Carlos
V y por último el Generalife; que dependiendo de la época del año en que se
haga la visita (primavera) podría considerarse como indispensable. Lo que nunca
debes dejar de ver son los Palacios Nazaríes.
Para
obtener información fiable y actualizada antes de ver la Alhambra la mejor
opción es acceder directamente a la página web
del Patronato de la Alhambra y el Generalife
y leer atentamente el enlace "Visitar la Alhambra" antes de comprar las entradas y planificar la visita.
La
Alcazaba es la construcción más antigua de la Alhambra. Es una fortaleza
militar y a su amparo se desarrollaron el resto de edificaciones.
La Alcazaba. |
La
zona de los Palacios Nazaríes la componen tres palacios, construidos sucesivamente
y por este orden en distintas épocas: El Palacio Mexuar, El Palacio de Comares
y el Palacio de los Leones. A ellos habría que añadir otras estancias de
singular belleza como las Habitaciones del Emperador Carlos V y el Partal.
Palacio y Jardines del Partal. |
El
Palacio del Mexuar se utilizó como zona de audiencia destinada al público y a
la administración de justicia; el Palacio de Comares, que incluye, por ejemplo,
el Patio de los Arrayanes, era la residencia oficial del Rey; y el Palacio de
los Leones, considerado la cumbre del arte Nazarí, que incluye entre otros
espacios la Sala de los Mocábares, el Patio de los Leones y la Sala de los
Abencerrajes, era el lugar destinado al “harem”.
Patio de los Leones. |
Cúpula de la Sala de los Abencerrajes. |
Por
último, el Generalife era el lugar de recreo y descanso de los Reyes de
Granada. Este espacio tiene como eje central el Palacio del Generalife con sus
hermosos patios y está rodeado de diversos jardines y huertas.
Patio de la Acequia. |
La
visita a la Alhambra no estaría completa sin una visión de conjunto de la
misma. Los mejores miradores de la Alhambra se encuentran en el lugar del que
voy a escribir a continuación, el Albaicín.
Declarado
Patrimonio de la Humanidad en 1994 por la Unesco, este barrio de Granada está
situado sobre la ladera de una colina con el río Darro en la parte baja. Es un
laberinto de callejuelas estrechas y empedradas, en cuesta, repleto de pequeñas
casas encaladas y de típicos cármenes granadinos
con su característico jardín-huerto.
La palabra “carmen” procede del
árabe “Karm” (viña). Quiero aclarar
que, aunque los cármenes tienen su origen en época hispano-musulmana, es a
partir de la toma de Granada y de los siglos XVII y XVIII cuando adquieren su
aspecto actual. En el siglo XI se aplicaba este término para designar una finca
rústica enclavada siempre extramuros de la ciudad y nunca dentro de la medina,
siendo fincas de recreo con huerto y jardín.
Los cármenes que en la actualidad se pueden ver en el Albaicín surgieron a partir de la expulsión de los moriscos (1568-70). La expulsión hizo que
muchas casas fueran abandonadas y acabaran en ruinas. La agrupación de parcelas
permitió que pudieran construirse viviendas más espaciosas con el característico jardín-huerto, siempre rodeado de altas tapias, tal y como ha llegado hasta nuestros
días. El auge de este tipo de construcciones comienza en época barroca y se
extiende en el s. XIX, cuando la burguesía ilustrada de Granada revitaliza la
zona, reconstruyendo los cármenes antiguos. A partir de entonces, tener un
Carmen en el Albaicín, al igual que ahora, es sinónimo de riqueza.
El
Albaicín es el mejor observatorio de la Alhambra y el Mirador de San Nicolás un
lugar privilegiado para contemplar el maravilloso paisaje que componen la Alcazaba, la Alhambra y el Generalife, con Sierra Nevada al fondo.
Se
puede visitar el Albaicín subiendo a pie, pero yo os recomiendo subir en
autobús desde la Catedral o la Plaza Nueva en la línea C1 hasta la parada que
está justo debajo del Mirador de San Nicolás (Plaza de S. Nicolás) y, después
de disfrutar de las mejores vistas que se pueden tener de la Alhambra, bajar
andando por las callejuelas estrechas, por ejemplo hasta la calle Elvira, para
disfrutar de la belleza y el embrujo que encierra este barrio granadino (un
recorrido detallado lo podréis encontrar en el apartado dedicado a los paseos
recomendados por Granada). Además, el bus sube por la Carrera del Darro, Paseo
de los Tristes y Cuesta de Chapiz, lo que supone un atractivo adicional a la
visita del Albaicín.
Cuesta de San Gregorio. |
Existe
una gran polémica sobre la seguridad en este barrio. Unos dicen que es
solamente “mala publicidad”, otros que es preferible tener un poco de prudencia
y pasear con amigos. Yo no he tenido ninguna mala experiencia, pero lo cierto
es que los propios vecinos advierten mediante pancartas de los riesgos que
existen.
3.- El Monasterio de la Cartuja.
La Cartuja de Granada es un monasterio originariamente perteneciente a la Orden
de los Cartujos. Fundada por San Bruno y dedicada a la vida contemplativa, estaba
integrada por monjes muy austeros que vivían casi, en la más absoluta soledad.
Su construcción se inició en 1516, duró casi tres siglos, y estuvo habitada por
monjes hasta 1835 en que fueron exclaustrados tras la desamortización.
Fachada de la Cartuja, |
Del
monasterio original se conservan la fachada, un pequeño claustro y las dependencias
que lo rodean, entre ellas el Templo (Iglesia), el Refectorio, la Sala Capitular
y la antigua capilla, todas ellas adornadas con numerosos cuadros. El claustro
grande, las celdas de los monjes y otras dependencias se han perdido.
Pequeño claustro de la Cartuja. |
De
las dependencias que se conservan, la más importante desde un punto de vista
artístico y la que tiene un mayor atractivo para el visitante es el Templo. De
una sola nave, contiene dos de las joyas más
importantes del barroco español, de una belleza difícil de igualar: la
Sacristía y el Sancta Sanctorum (Sagrario). Son dos manifestaciones barrocas
totalmente distintas como podrán comprobar.
El
Sagrario,
terminado en 1720, se encuentra detrás del altar mayor, tras una puerta de
cristales venecianos. Tiene una decoración desbordante, en la que se integran
de forma sorprendentemente armónica multitud de elementos arquitectónicos,
escultóricos y pictóricos.
Es
una pequeña capilla con un tabernáculo de mármol de varios colores en el centro,
con ocho columnas salomónicas negras adosadas, que contiene un templete en el
que se encuentra el sagrario. Tiene una preciosa cúpula decorada con pinturas
al fresco, que se sustenta sobre dobles columnas corintias situadas en cada una
de las esquinas.
La
Sacristía,
construida entre 1727 y 1764, se encuentra a la izquierda del altar mayor. Lo
que más caracteriza a este espacio es la amplitud, la luminosidad y el
dinamismo, a pesar de que la estancia no es excesivamente grande.
La
perspectiva que proporciona el suelo ajedrezado; el zócalo de mármol de
Lanjarón, con su característico veteado, intercalado de cajoneras y alacenas de
taracea realizada con materiales nobles (palosanto, ébano, marfil, plata y
nácar); el dinamismo que producen las pilastras en forma de columnas talladas con
bellas molduras de estuco blanco, de peculiares formas; y la rica decoración del
techo; forman un conjunto de insuperable belleza. Para mí uno de los lugares
más bellos que una persona pueda ver.
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