martes, 8 de diciembre de 2015

Lo imprescindible de Granada (I).

 En esta ocasión, con carácter excepcional, voy a comenzar recomendando como imprescindible para visitar Granada un libro: Granada y la Alhambra, de Ediciones Miguel Sánchez (240 págs.). Compré este libro hace años en la librería del Corte Inglés de Granada por 10 € y ahora, por poco más, se puede encontrar en cualquier tienda de recuerdos de la ciudad, se ha convertido en un clásico.
El libro contiene una valiosa información sobre los lugares y monumentos más atractivos de Granada y sus alrededores, prestando especial atención a la Alhambra. Está muy bien documentado, tiene unas magníficas fotografías e incluye unas monografías muy interesantes. Puede ser utilizado como libro de lectura o como guía en las visitas a los monumentos y lugares elegidos. Es un recuerdo valioso y barato de la visita a la ciudad.

Los lugares y monumentos que considero imprescindible visitar en Granada son los siguientes:

- 1. La Alhambra.
- 2. El Albaicín.
- 3. El Monasterio de la Cartuja.

1.- La Alhambra.

La Alhambra es, sin lugar a dudas, el monumento más bello de Granada y uno de los lugares más hermosos de Europa y del Mundo. Fue declarada junto al Generalife Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984. Su visita es imprescindible.
Panorámica de la Alhambra desde el Mirador de San Nicolás.
El enclave de la Alhambra se puede dividir en tres áreas: La Alcazaba, los Palacios Nazaríes y los jardines del Generalife. Es recomendable visitarla por completo. El recorrido total tiene una longitud de 3,5 Km y se invierten aproximadamente unas 3 horas en hacerlo. Teniendo en cuenta que el acceso a los Palacios Nazaríes debe hacerse a la hora marcada en el ticket de entrada; que se pierde el derecho de acceso a este espacio si se llega tarde, y que el resto de la visita debe hacerse en función de dicha hora de entrada, el recorrido completo puede tener una duración bastante mayor.
Si hubiera que priorizar, por cuestiones de tiempo o de condición física, la parte menos interesante para mi gusto sería la Alcazaba, después el Palacio de Carlos V y por último el Generalife; que dependiendo de la época del año en que se haga la visita (primavera) podría considerarse como indispensable. Lo que nunca debes dejar de ver son los Palacios Nazaríes.

Para obtener información fiable y actualizada antes de ver la Alhambra la mejor opción es acceder directamente a la página web del Patronato de la Alhambra y el Generalife y leer atentamente el enlace "Visitar la Alhambra" antes de comprar las entradas y planificar la visita.

La Alcazaba es la construcción más antigua de la Alhambra. Es una fortaleza militar y a su amparo se desarrollaron el resto de edificaciones.
La Alcazaba.
La zona de los Palacios Nazaríes la componen tres palacios, construidos sucesivamente y por este orden en distintas épocas: El Palacio Mexuar, El Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. A ellos habría que añadir otras estancias de singular belleza como las Habitaciones del Emperador Carlos V y el Partal.
Palacio y Jardines del Partal. 
El Palacio del Mexuar se utilizó como zona de audiencia destinada al público y a la administración de justicia; el Palacio de Comares, que incluye, por ejemplo, el Patio de los Arrayanes, era la residencia oficial del Rey; y el Palacio de los Leones, considerado la cumbre del arte Nazarí, que incluye entre otros espacios la Sala de los Mocábares, el Patio de los Leones y la Sala de los Abencerrajes, era el lugar destinado al “harem”.
Patio de los Leones.
Cúpula de la Sala de los Abencerrajes.
Por último, el Generalife era el lugar de recreo y descanso de los Reyes de Granada. Este espacio tiene como eje central el Palacio del Generalife con sus hermosos patios y está rodeado de diversos jardines y huertas.
Patio de la Acequia.
La visita a la Alhambra no estaría completa sin una visión de conjunto de la misma. Los mejores miradores de la Alhambra se encuentran en el lugar del que voy a escribir a continuación, el Albaicín.

2.- El Albaicín o Albayzin.


Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994 por la Unesco, este barrio de Granada está situado sobre la ladera de una colina con el río Darro en la parte baja. Es un laberinto de callejuelas estrechas y empedradas, en cuesta, repleto de pequeñas casas encaladas y de típicos cármenes granadinos con su característico jardín-huerto.

La palabra “carmen” procede del árabe “Karm” (viña). Quiero aclarar que, aunque los cármenes tienen su origen en época hispano-musulmana, es a partir de la toma de Granada y de los siglos XVII y XVIII cuando adquieren su aspecto actual. En el siglo XI se aplicaba este término para designar una finca rústica enclavada siempre extramuros de la ciudad y nunca dentro de la medina, siendo fincas de recreo con huerto y jardín.

Los cármenes que en la actualidad se pueden ver en el Albaicín surgieron a partir de la expulsión de los moriscos (1568-70). La expulsión hizo que muchas casas fueran abandonadas y acabaran en ruinas. La agrupación de parcelas permitió que pudieran construirse viviendas más espaciosas con el característico jardín-huerto, siempre rodeado de altas tapias, tal y como ha llegado hasta nuestros días. El auge de este tipo de construcciones comienza en época barroca y se extiende en el s. XIX, cuando la burguesía ilustrada de Granada revitaliza la zona, reconstruyendo los cármenes antiguos. A partir de entonces, tener un Carmen en el Albaicín, al igual que ahora, es sinónimo de riqueza.
  
El Albaicín es el mejor observatorio de la Alhambra y el Mirador de San Nicolás un lugar privilegiado para contemplar el maravilloso paisaje que componen la Alcazaba, la Alhambra y el Generalife, con Sierra Nevada al fondo.
Se puede visitar el Albaicín subiendo a pie, pero yo os recomiendo subir en autobús desde la Catedral o la Plaza Nueva en la línea C1 hasta la parada que está justo debajo del Mirador de San Nicolás (Plaza de S. Nicolás) y, después de disfrutar de las mejores vistas que se pueden tener de la Alhambra, bajar andando por las callejuelas estrechas, por ejemplo hasta la calle Elvira, para disfrutar de la belleza y el embrujo que encierra este barrio granadino (un recorrido detallado lo podréis encontrar en el apartado dedicado a los paseos recomendados por Granada). Además, el bus sube por la Carrera del Darro, Paseo de los Tristes y Cuesta de Chapiz, lo que supone un atractivo adicional a la visita del Albaicín.
Cuesta de San Gregorio.
Existe una gran polémica sobre la seguridad en este barrio. Unos dicen que es solamente “mala publicidad”, otros que es preferible tener un poco de prudencia y pasear con amigos. Yo no he tenido ninguna mala experiencia, pero lo cierto es que los propios vecinos advierten mediante pancartas de los riesgos que existen.

3.- El Monasterio de la Cartuja.

La Cartuja de Granada es un monasterio originariamente perteneciente a la Orden de los Cartujos. Fundada por San Bruno y dedicada a la vida contemplativa, estaba integrada por monjes muy austeros que vivían casi, en la más absoluta soledad. Su construcción se inició en 1516, duró casi tres siglos, y estuvo habitada por monjes hasta 1835 en que fueron exclaustrados tras la desamortización.
Fachada de la Cartuja, 

Del monasterio original se conservan la fachada, un pequeño claustro y las dependencias que lo rodean, entre ellas el Templo (Iglesia), el Refectorio, la Sala Capitular y la antigua capilla, todas ellas adornadas con numerosos cuadros. El claustro grande, las celdas de los monjes y otras dependencias se han perdido.

Pequeño claustro de la Cartuja.
De las dependencias que se conservan, la más importante desde un punto de vista artístico y la que tiene un mayor atractivo para el visitante es el Templo. De una sola nave, contiene dos de las joyas más importantes del barroco español, de una belleza difícil de igualar: la Sacristía y el Sancta Sanctorum (Sagrario). Son dos manifestaciones barrocas totalmente distintas como podrán comprobar.

El Sagrario, terminado en 1720, se encuentra detrás del altar mayor, tras una puerta de cristales venecianos. Tiene una decoración desbordante, en la que se integran de forma sorprendentemente armónica multitud de elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos.



Es una pequeña capilla con un tabernáculo de mármol de varios colores en el centro, con ocho columnas salomónicas negras adosadas, que contiene un templete en el que se encuentra el sagrario. Tiene una preciosa cúpula decorada con pinturas al fresco, que se sustenta sobre dobles columnas corintias situadas en cada una de las esquinas.

La Sacristía, construida entre 1727 y 1764, se encuentra a la izquierda del altar mayor. Lo que más caracteriza a este espacio es la amplitud, la luminosidad y el dinamismo, a pesar de que la estancia no es excesivamente grande.

La perspectiva que proporciona el suelo ajedrezado; el zócalo de mármol de Lanjarón, con su característico veteado, intercalado de cajoneras y alacenas de taracea realizada con materiales nobles (palosanto, ébano, marfil, plata y nácar); el dinamismo que producen las pilastras en forma de columnas talladas con bellas molduras de estuco blanco, de peculiares formas; y la rica decoración del techo; forman un conjunto de insuperable belleza. Para mí uno de los lugares más bellos que una persona pueda ver.


   

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