domingo, 1 de mayo de 2016

La Península de Barbanza: Corrubedo – Castro de Baroña (Rías Baixas 2).


Vista parcial de la gran duna móvil de Corrubedo.

La Península de Barbanza se encuentra entre la ría de Arousa, al sur, y la ría de Muros e Noia, al norte. Tiene muchos lugares interesantes, como por ejemplo A Pobra do Caramiñal y sus famosas pozas del río Pedras o Porto do Son y sus magníficas playas; pero en esta ocasión voy a centrar mi atención en los siguientes sitios:

·                  1. El Parque Natural do complexo dunar de Corrubedo e Lagoas de Carregal y Vixán.
·         2. Duna móvil de Corrubedo.
·         3. Un lugar para comer: Benboa (Corrubedo).
·         4. El Castro de Baroña.



1.) El Parque Natural do complexo dunar de Corrubedo e Lagoas de Carregal y Vixán (A).


Vista parcial del parque natural. Al fondo a la izq. Corrubedo.

Aunque el paraje más llamativo del Parque Natural, su icono, es la gigantesca duna móvil; no debes centrar tu atención exclusivamente en ella, de lo contrario te perderías uno de los lugares naturales, casi vírgenes, más importantes de Galicia.


Una de las pasarelas que dan acceso a la playa.

Yo empezaría en el Centro de Recepción de Visitantes del parque, donde podéis obtener toda la información necesaria para la visita. Luego, en función del tiempo y de la forma física, elegiría uno de los muchos e interesantes recorridos que se pueden hacer por la zona.


Vista de la playa de O Vilar en dirección hacia la duna móvil y Corrubedo.

Playa de O Vilar en dirección contraria, hacia la Laguna de Vixán.

Os recomiendo, desde luego, bajar a la playa de O Vilar por la magnífica pasarela de madera existente a través del amplio cordón de dunas existente y luego visitar, los caminos están perfectamente señalizados, una de las dos lagunas del parque, preferentemente la de Vixán, ya que podréis aprovechar para descansar y tomaros una cerveza en la terraza del bar que hay en el aparcamiento de O Vilar, lugar donde dejan los coches los numerosos visitantes de la playa en verano.

Bar del aparcamiento de la playa de O Vilar.

2.) La duna móvil de Corrubedo (B).

Aunque existen otras opciones para llegar a la gran duna móvil, por la playa, desde el propio parque y desde la zona del pueblo de Corrubedo, la menos complicada es ir en coche hasta el aparcamiento de Olveira y recorrer la concurrida pasarela de madera para poder disfrutarla de cerca.


La espectacular duna móvil, que en la actualidad está separada de la playa y que continúa su lento progreso hacia el interior, tiene unas dimensiones considerables: 1,5 kilómetros de largo, 300 metros de anchura máxima y una altura de entre 18 y 20 metros, según los años.



3.) Un lugar para comer: Benboa (Corrubedo)(C).

Corrubedo es un pueblo pequeño pero no exento de buenos sitios para comer. Yo os recomiendo el restaurante Benboa. Concretamente los “xerton” del Benboa. Comer o tapear cómodamente sentados en uno de estos maravillosos sofás es un lujo después de pasar toda la mañana visitando el parque natural de Corrubedo. Nosotros tuvimos la suerte de coger uno y comimos de cine.


Uno de los magníficos "xerton" de Benboa.

No os recomiendo el comedor del restaurante, está en un lugar interior, sin vistas y con luz artificial. Si no hay ningún “xerton” libre la mejor opción es la terraza exterior, con sillas en apariencia algo incómodas, o las mesas para compartir que hay en el interior.


Interior de la taberna. Bancos para compartir.

El Benboa tiene la particularidad de que se puede elegir el pescado o el marisco que quieras, lo cocinan y te lo sirven en la mesa. Tienen una gran pizarra en la que figuran los precios de cada uno los peces o mariscos que cocinan y su precio. Además, en la taberna y en la terraza puedes tomar ensaladas, carnes, embutidos, empanada gallega y todo lo que se pueda ocurrir. Los postres estupendos.




4. El Castro de Baroña (D).

La cultura castreña o de los castros, es una de las manifestaciones culturales más interesante y enigmática de Galicia. El Castro de Baroña uno de sus más bellos representantes.

Panorámica donde se puede apreciar el Catro de Baroña en su totalidad. Espectacular.


La cultura castreña (castrexa en gallego) se desarrolló durante la Segunda Edad del Hierro, desde mediados del primer milenio a. C., en el noroeste de la península ibérica. Tiene unas características propias que la distinguen del resto de culturas existentes en esa época. El tipo de asentamiento característico de esta cultura son los castros; se calcula que existen entre 2.500 y 3.000 de ellos.
Los aspectos más característicos que distinguen a la cultura castreña son las siguientes:
1.) Las viviendas existentes en los castros tienen planta circular o ligeramente alargada. Las de planta rectangular se empiezan a introducir con la romanización.
2.) Es frecuente en los grandes castros la presencia de fosos exteriores con murallas que las circundan.
3.) A diferencia de las culturas coetáneas a la suya, la cultura castreña carece de restos de culto funerario. Hasta el momento, en ningún castro del noroeste peninsular se han encontrado restos funerarios, ni siquiera de posibles incineraciones.
4.) En época prerromana no existe una sola representación, pintura o escultura, de divinidades.
Es un error, un mito, identificar la cultura catreña con el mundo celta; más aún identificar el carácter celta de la cultura castreña con la identidad gallega, como pretendió el nacionalismo gallego durante mucho tiempo. Es imposible en la actualidad sostener científicamente la vinculación entre los celtas y la cultura castreña. Como muestra un ejemplo: los pueblos celtas guardaban las cenizas de sus muertos en urnas y hasta el momento no se ha encontrado en ningún castro restos de urnas y ni siquiera de incineraciones. Los celtas debieron llegar al noroeste de la península con los romanos.                                                                                      
Es un ejemplo magnífico de castro costero, que ocupa parte de una pequeña península llamada, como no, “Punta do Castro”. A él se accede bajando desde el borde de la carretera por una corta senda que atraviesa un pequeño bosque de pinos gallegos.

Vista desde el interior del Castro. Al fondo la playa de Area Longa o del Castro de Baroña.

Este castro tuvo una vida breve, probablemente desde el siglo I a. C. hasta finales del siglo I d. C. Está defendido a su espalda de forma natural por el mar y hacia tierra por un foso y dos murallas defensivas situadas en el istmo, que cierran el acceso a la península. En su interior existen numerosas viviendas de mampostería, con formas redondas, ovaladas e, incluso, alguna de forma rectangular, de clara influencia romana.


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