jueves, 13 de junio de 2019

Barandillas, esculturas y otros iconos de San Sebastián


La Isla de Santa Clara. Bahía de San Sebastián.

San Sebastián es una ciudad que ha generado a lo largo del tiempo numerosas figuras icónicas, entre las que cabe destacar, por ejemplo, la barandilla del paseo de La Concha o el Peine del Viento. Esta entrada pretende ser una ayuda para conocer más en profundidad estos y otros símbolos representativos de Donostia, una de las ciudades turísticas más bellas de España.


- La barandilla del Paseo de La Concha y otras barandillas de San Sebastián.

Sin duda, uno de los símbolos más reconocidos y admirados de San Sebastián es la barandilla del Paseo de La Concha. Es muy difícil de entender cómo una barandilla puede llegar a convertirse en el icono más reconocible de una ciudad, pero esto ha sucedido y es una realidad innegable.


El icono más representativo de la ciudad de Sansebastián, la barandilla de La Concha.

La famosa barandilla fue inaugurada por el rey Alfonso XIII en 1916 y desde entonces, más de un siglo la contempla, acompaña a los donostiarras y a sus visitantes en sus paseos por la Bahía de La Concha.

Esta nueva barandilla sustituyó a una anterior de 1895, que a mí particularmente me encanta, que hoy puede admirarse en varios lugares de la ciudad. El diseño de la antigua barandilla es muy sencillo, su elegancia reside en el pedestal de piedra y la copa metálica que descansa encima, que hacen de nexo de unión entre cada uno de los tramos de la barandilla.


La antigua barandilla, con su color original, en el Paseo de Miraconcha.

El trozo más largo que se conserva, de unos 400 metros, se encuentra en el Paseo del Urumea, en la margen derecha del río, entre los puentes de Santa Catalina y de María Cristina. La barandilla en este tramo está pintada de color blanco. Otro trozo de esta antigua barandilla, de unos 170 metros de longitud, en este caso pintada de verde, se encuentra entre el Palacio de Miramar y el Paseo de Miraconcha, en este caso muy cerca de su lugar original. Por último, en la zona del puerto, justo pegado al Monte Urgull, hay un pequeño y tranquilo paseo, con unas magníficas vistas, el Paseo de los Curas, que conecta la zona alta del Aquarium y de las casitas de pescadores junto al puerto con la Parte Vieja de San Sebastián, paralelo al Paseo del Muelle. En él se pueden ver numerosas copas, en este caso sin barandilla y sin el típico pedestal de piedra, también pintadas de verde, decorando las separaciones entre los bancos de obra que adornan este bello paseo, que os recomiendo no dejéis de visitar.


Trozo de la antigua barandilla en el Paseo del Urumea. En este caso pintada de blanco.

La actual barandilla, la famosa, fue diseñada en el año 1910 por el arquitecto municipal Juan Rafael Alday, tiene pues más de un siglo, y fue puesta con ocasión de las obras de remodelación total del Paseo de La Concha que se realizaron entre 1908 y 1911: voladizo, barandilla, relojes y farolas, todos ellos diseñados por este arquitecto. Sin embargo, no sería hasta unos años más tarde, concretamente en 1916, cuando el rey Alfonso XIII la inaugurase de manera oficial. La barandilla tiene dos círculos concéntricos, adornados con ramas de laurel y coronados con una flor.

Esta magnífica barandilla se encuentra ubicada únicamente en los jardines de Alberdi Eder, a partir del Club Náutico, y en el Paseo de La Concha. También en los pequeños miradores que hay a lo largo del Paseo de Miraconcha. La barandilla que hay alrededor de la antigua Caseta Real, tiene un diseño parecido pero diferente al del resto del Paseo de La Concha.


Uno de los miradores del Paseo de Miraconcha con la barandilla de La Concha.

La barandilla, lógicamente, no era eterna y tras una restauración que se produjo en 1999 para reparar los tramos rotos y oxidados; en 2017, respetando el diseño original de 1910, se inició la instalación de una nueva barandilla que sustituyera a la anterior, proceso que ha venido realizándose por fases y que hoy (2019) todavía no ha terminado. La minuciosidad de la réplica llega incluso a reproducir los 'errores' de aquella primera instalación. La unidad que originalmente, por error, se instaló al revés, se fabricó girada para que se mantuviera su imagen tal y como está ahora. No ocurrió lo mismo en 1999, cuando la renovación acabó con una de las dos piezas colocadas con la roseta central mirando hacia el mar.

Este es un hecho curioso que merece la pena destacar: la bonita historia de los trozos de barandilla puestos al revés. En la actualidad solo existe un trozo de la barandilla que tiene la flor mirando al mar, en recuerdo de aquellos tramos “defectuosos” que se fabricaron al revés. Yo, desde luego, no voy a desvelar el sitio donde se encuentra este trozo de barandilla con la flor mirando al mar, me parecería una canallada quitaros el placer de encontrarla por vosotros mismos y eso no me lo perdonaría nunca.


         El famoso trozo de barandilla con la flor al revés, mirando al mar.


En 2018 el Ayuntamiento de San Sebastián puso a la venta 180 metros de barandilla retirados entre el balneario de ‘La Perla’ y el Hotel Londres. Los 225 trozos de la barandilla retirada, de unos 80 centímetros cada uno, fueron sorteados al precio de 145 euros cada uno entre los más de 7.000 ciudadanos nacidos y empadronados en San Sebastián que participaron en el sorteo.

La barandilla de La Concha aparece con el grado F de protección junto a las de barandillas del Paseo de Salamanca, República Argentina, Ramón María Lilí y Paseo de los Fueros. La protección abarca a la barandilla y a los elementos intercalados (las pilastras) entre los diferentes tramos y se refiere «a los modelos originales de todas esas barandillas, cualquiera que sea su emplazamiento en la ciudad.


Esta barandilla ocupa toda la margen izquierda del río Urumea, desde su desembocadura hasta el Puente
de María Cristina.También el margen derecho del río entre los puentes del Kursaal y Santa Catalina.

Otras barandillas, no tan famosas, pero de una belleza indudable, son, por ejemplo, la que se encuentra en el Parque de Atracciones del Igueldo. Desde luego, se puede decir sin temor a equivocarse que las barandillas más bonitas de España y del Mundo se encuentran en la ciudad de San Sebastián.


La barandilla del Parque de Atracciones del Igueldo es también espectacular.


- El Peine del Viento – Eduardo Chillida.

Nacido en San Sebastián, Eduardo Chillida Juantegui (1924 – 2002) es el autor del grupo de esculturas, tres, llamado el “Peine del Viento”, que constituye otro de los grandes iconos de la ciudad de San Sebastián. El grupo de esculturas está situado al final del Paseo del Tenis, en la actualidad Paseo Eduardo Chillida, en el extremo que cierra la Bahía de La Concha por el Oeste. Fue inaugurada el día 3 de septiembre de 1977.


Otro de los iconos de San Sebastián, el "Peine del viento".


Chillida fue un escultor abstracto de talla mundial, para algunos el mejor escultor español de la segunda mitad del siglo XX, que en sus inicios usaba preferentemente el hierro como material de trabajo, aunque también utilizó profusamente otros materiales como el acero, la madera, el alabastro o el hormigón. La instalación del grupo escultórico fue una compleja obra de ingeniería, por su situación y por el peso de cada una de las esculturas (10 Tm). El material elegido fue el “acero corten” para resistir al paso del tiempo y la fuerte erosión del mar y del viento.




Reproduzco a continuación, por su gran belleza, una magnífica descripción de la obra que he encontrado en internet:

 “El Peine del Viento se presenta como un conjunto monumental de tres sólidas formas de acero poderosamente aferradas a las rocas que se abren como garras y desafían las leyes de la naturaleza. Las dos primeras, ubicadas sobre el mismo estrato geológico, y enfrentadas horizontalmente mantienen un constante diálogo, fruto de la unión del pasado y el presente. La tercera, erguida verticalmente en el horizonte, interroga al futuro desconocido. Tres elementos marcan y limitan el lugar, construyen un espacio sagrado que conecta al hombre consigo mismo y con el cosmos, un lugar de encuentros entre el ser humano y la naturaleza”.

El Peine del Viento no es la única obra de Eduardo Chillida en la Bahía de La Concha. Hay otras dos pequeñas esculturas no muy lejos de allí. La más cercana se encuentra en el Pico del Loro, debajo del Palacio de Miramar; se trata de una pequeña escultura de acero llamada el “Abrazo”, dedicada a su amigo el pintor donostiarra Rafael Ruiz Balerdi, que simboliza el abrazo a un amigo, la reconciliación y el entendimiento.


"Abrazo"

La otra escultura de Chillida que mira a la Bahía de La Concha está situada muy cerca de la anterior, en el llamado Balcón del Bicentenario, en pleno Paseo de La Concha. Se llama “Monumento a Fleming” y es un homenaje al inventor de la penicilina, Alexander Fleming. En este caso el material utilizado fue el granito.

"Monumento a Flemming"


- La Escultura del Sagrado Corazón de Jesús (Monte Urgull).

El monumento del Sagrado Corazón de Jesús que está en lo alto del monte Urgull es también relativamente reciente, fue levantado en 1950 por suscripción popular y se ha convertido en un elemento representativo e indispensable del paisaje de la ciudad y más concretamente de la Bahía de La Concha. No se puede comparar con el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro, con el que, no obstante tiene ciertas semejanzas, pero, desde luego se ha convertido en una de las imágenes icónicas de la ciudad.


Jardines de Alderdi Eder con la Estatua del sagrado Corazón al fondo.

La estatua del Sagrado Corazón de Jesús representa la imagen de Jesús con el brazo derecho bendiciendo la ciudad y el izquierdo pegado al cuerpo señalando el Corazón. La estatua, que tiene una altura de 12,5 metros, descansa sobre una peana octogonal de 2,5 metros de alto que descansa sobre una pirámide truncada de una altura de 13,6 metros. Por último todo el conjunto descansa sobre una base con una escalinata de acceso. En total, este colosal monumento, tiene una altura cercana a los 30 metros.


Estatua del Sagrado Corazón en lo alto del Monte Urgull.

  
- Las Fuentes de Wallace.

Otro objeto curioso que tiene la ciudad de San Sebastián, este menos conocido y sin el carácter icónico de los anteriores, son las fuentes Wallace. Detrás de ellas hay una bonita historia; aunque en la actualidad no tienen su antigua función de fuente, parecen simples esculturas en un jardín, y pasan prácticamente desapercibidas.

La fuente fue una idea del filántropo inglés Richard Wallace para dar gratuitamente agua potable a los parisinos, muy afectados por la guerra de 1870. Se hicieron famosas en la Exposición Universal de París en 1889, la de la Torre de Eiffel, lo que hizo que numerosas ciudades del mundo quisieran tener este tipo de fuente. Tres de ellas, están en San Sebastián; no podía ser de otra forma teniendo en cuenta las conexiones existentes entre la capital francesa y Donostia.


Detalle una de una de las fuentes Wallace, con las cariátides sosteniendo la cúpula.


En un principio las tres fuentes públicas estaban ubicadas en el Paseo de la Concha; luego, al igual que sucedió con la antigua barandilla, las trasladaron al Paseo de Francia, junto al Urumea, donde hoy pueden admirarse en el jardín que está junto al río, muy cerca de la barandilla que las acompañaba en su sitio original. Las tres fuentes Wallace de San Sebastián están pintadas de blanco, sin embargo las originales, por ejemplo en París, tienen un color verde obscuro.



Vista completa de una de las tres fuentes Wallace que hay en San sebastián.

Son de hierro forjado y representan cuatro cariátides (virtudes) sosteniendo sobre su cabeza una pequeña cúpula con cuatro peces, de la que manaba agua que se podía beber gracias a un vaso de hierro que pendía de una cadena. Cada una de las figuras (cariátides), aunque no lo parezca, son diferentes entre sí y representan una virtud: la Bondad y la Caridad, con los ojos abiertos, y la Simplicidad y la Sobriedad, con los ojos cerrados; que a su vez representan las cuatro estaciones del año: invierno, verano, primavera y otoño respectivamente.

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