miércoles, 9 de diciembre de 2015

Otros lugares de Granada que no te puedes perder (II).

Otros lugares de Granada que os recomiendo visitar y que no te debes perder son los siguientes:

1. El Carmen de los Mártires.
2. La Carrera del Darro.
3. El Realejo.
4. La Alcaicería.

       1.- El Carmen de los Mártires.

Palacete del Carmen de los Mártires.
El origen de este increíble lugar hay que buscarlo en una pequeña ermita fundada por la Reina Isabel la Católica, tras la entrega de las llaves de la ciudad por el Rey Boabdil, en recuerdo de los cautivos cristianos que fueron encerrados y sufrieron martirio en varios silos con forma de troncos de cono excavados en el terreno sobre el que se asienta este carmen. La ermita fue ocupada más tarde, en 1567, por monjes carmelitas descalzos; siendo San Juan de la Cruz su prior desde 1582 a 1588. En 1835, al igual que sucedió con La Cartuja, debido a la desamortización de Mendizábal, los monjes carmelitas fueron exclaustrados y la ermita y sus propiedades expropiadas por el Estado. En 1845 sería subastada públicamente pasando a manos privadas. En 1957 el Ayuntamiento de Granada, actual propietario, adquirió el Carmen de los Mártires pasando a integrarse en el patrimonio público.

Quiero aprovechar el origen de este lugar y el de su nombre para refutar un mito/tópico sólidamente asentado en la actualidad que mantiene la existencia de una convivencia idílica de las tres culturas (judíos, cristianos y musulmanes) durante la ocupación musulmana. Para ello, me remito a las palabras de uno de los más insignes historiadores españoles, D. Antonio Domínguez Ortiz, fallecido en Granada, a la que estuvo muy vinculado. Este historiador frente a la mitificación al uso mantiene que “No es verdad que hubiera habido previamente una etapa de convivencia ideal. La convivencia medieval entre las distintas razas y religiones fue más bien una difícil coexistencia. Pintar como un feliz hogar común a la Granada nazarí es un completo error; allí los judíos eran pocos y descalificados, y los únicos cristianos eran los que estaban en las mazmorras”.

Como muestra, unos botones. La matanza de judíos granadinos que arrasó la judería el 30 de diciembre de 1066; murieron cerca de cuatro mil. Otra en 1162, al aplastar los almohades una insurrección de los pocos judíos que quedaban, convertidos al Islam por la fuerza en tiempo de los almorávides. Los que sobrevivieron fueron obligados por el califa a llevar indumentarias especiales, de color azul, para diferenciarlos de los musulmanes. En el siglo XIII los judíos de Granada todavía estaban obligados a llevar un gorro amarillo en vez de turbante (Joseph Pérez - "Los judíos en España"). Aunque no sirva de consuelo, "las matanzas de judíos se dan lo mismo en la España musulmana que en la cristiana" (Julio Caro Baroja).
Volviendo al Carmen de los Mártires, lo que podemos observar hoy, aunque conserva algunos restos del antiguo convento carmelita, no tiene ningún parecido con su aspecto original. El edificio principal y el jardín romántico que lo rodea fueron construidos después de pasar a manos privadas en 1845 y su  aspecto actual se ha ido conformando con la incorporación/supresión de elementos por sus distintos propietarios. Es declarado “Jardín Artístico” en 1943.


Terraza posterior, adornada con glicinias emparradas en una bella pérgola.
El jardín, uno de los mejor conservados del siglo XIX, contiene diversos estilos de jardines históricos: francés, inglés (Jardín de las Palmeras) y español; un lago y otros lugares de interés como el Patio Nazarí.


Patio Nazarí.

Los jardines de estilo inglés se caracterizan por intentar imitar la naturaleza tal como es en la realidad, en contraposición con los jardines de estilo francés que son simétricos, organizados en parterres alrededor de un punto central.

Aunque hay muchos lugares en el Carmen de los Mártires en los que puedes sentirte en el interior de un jardín de tipo inglés, el que se designa con este nombre es un bosque de palmeras con caminos sinuosos que está junto al palacete.
Fuente de Felipe II en el Jardín inglés o de las Palmeras.

El jardín de estilo francés es de tipo versallesco con un amplio estanque bajo en el centro rodeado por cuatro parterres con esculturas que representan las cuatro estaciones y grandes copas de terracota.

Jardín francés. Parterre versallesco.

Es una visita inexcusable, que perfectamente hubiera podido incluir entre las imprescindibles.
 
          2.- La Carrera del Darro. 
                                       
Es un paseo corto pero intenso, de una extraordinaria belleza. No en vano algunos le llaman la calle o el paseo más bonito del mundo. El paseo se puede hacer a cualquier hora del día, incluso de noche, cada momento tiene su atractivo.

Transita por el valle del río Darro, entre las colinas del Albaicín y de la Alhambra. Se inicia en la Plaza Nueva/Plaza de Santa Ana, donde el río se encuentra embovedado. Después de admirar el Palacio de la Chancillería y la iglesia de Santa Ana, continuamos por el fondo del valle, ya con el río al descubierto.


La Carrera del Darro es una vía de estrechas dimensiones en la que convergen por la izquierda, en el sentido de la marcha, las empinadas callejuelas del Albaicín y por la que discurre, por la derecha, el río Darro. La calle está salpicada de bellos puentes, conventos y casas señoriales.


El final de este paseo es espectacular. Se terminan las estrechuras y llegamos al Paseo de los Tristes. Desde allí se puede disfrutar de la Alhambra desde una perspectiva distinta, desde abajo. Es un lugar perfecto para sentarse, en un banco o en una de las numerosas terrazas existentes en la zona, y recrearse con las magníficas vistas antes de emprender la vuelta.

Vistas de la Alhambra desde el Paseo de los Tristes.
Este paseo se podría continuar, con más tiempo y fuerzas, subiendo la Cuesta del Chapiz, hasta el Sacromonte, por un lado, o hasta el Albaicín/Mirador de San Nicolás, volviendo en ambos casos en autobús.

  3.- El Realejo.

El Realejo, conocido como la antigua judería, es un bonito barrio granadino que en la actualidad no conserva ninguna relación con aquellos tiempos, como no sea por la estatua de Yehuda Ibn Tibon (médico, filósofo y poeta granadino) que se encuentra en la entrada al barrio desde de la Plaza de Isabel la Católica, al inicio de la calle Pavaneras; y por el Museo Sefardí que se encuentra en la Placeta Berrocal, junto a la Puerta del Sol, lugar muy recomendable donde se conserva un magnífico lavadero público del siglo XV.

El barrio tiene dos partes bien diferenciadas. La primera, la parte más alta, pegada a la colina de la Alhambra, en la que todavía se conserva el viejo trazado de calles estrechas y desordenadas, propio de las medinas musulmanas; y la segunda, la zona llana, muy distinta a la anterior, que alberga numerosos palacios, conventos e iglesias.


Al fondo la Iglesia de Sto. Domingo, fundada por los Reyes Católicos en 1492. En el centro de la plaza
la estatua de Fray Luis de Granada que estuvo con anterioridad en la Plaza Bib-Rambla.
Su centro neurálgico es el Campo del Príncipe, amplia plaza de forma irregular, en la que se encuentra el Cristo de los Favores, imagen a la que los granadinos tienen gran devoción, con una historia muy bonita que os invito a conocer pinchando en el enlace. El Campo del Príncipe es uno de los mejores lugares de Granada para ir de tapas.
Campo del Príncipe. En el centro se encuentra la estatua del Cristo de los Favores.
         4.- La Alcaicería.

La pequeña visita que propongo puede iniciarse en una de las plazas más populares y con más historia de Granada, la plaza Big-Rambla o Bibarrambla. Sus orígenes se remontan a la época musulmana (s. XIII), pero su importancia como centro de grandes fiestas y celebraciones de la ciudad hay que buscarlo en época cristiana. En un lateral de dicha plaza, el más próximo a la Catedral, existe un arco, que pasa casi desapercibido, que nos transporta a otra cultura, la musulmana: la Alcaicería.

Plaza de Bib-Rambla. En primer término la fuente de los "Gigantones".

Como suele suceder, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde su fundación en el s. XV, su aspecto actual no tiene nada que ver con el que tuvo en sus momentos de esplendor. Hoy, después de su origen nazarí, de su esplendor y decadencia en época cristiana, no queda nada de lo que fue la primitiva Alcaicería.


La Alcaicería era el lugar donde se comerciaba con la seda en bruto y manufacturada, casi exclusivamente, y otras mercancías lujosas. En la actualidad, después del declive del cultivo de la seda en el siglo XVIII y del incendio sufrido en 1843, su aspecto es similar al de cualquier zoco de Marrakech o Tánger; y en él se venden todo tipo de mercancías: textiles, vestidos, objetos de taracea y de cerámica, bisutería, recuerdos de Granada … 


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