Otros lugares de Granada que os recomiendo visitar y
que no te debes perder son los siguientes:
1. El
Carmen de los Mártires.
2. La
Carrera del Darro.
3. El
Realejo.
4. La Alcaicería.
1.- El Carmen de
los Mártires.
El origen de este increíble lugar hay que buscarlo en
una pequeña ermita fundada por la Reina
Isabel la Católica, tras la entrega de las llaves de la ciudad por el Rey
Boabdil, en recuerdo de los cautivos cristianos que fueron encerrados y
sufrieron martirio en varios silos con forma de troncos de cono excavados en el
terreno sobre el que se asienta este carmen. La ermita fue ocupada más tarde,
en 1567, por monjes carmelitas descalzos; siendo San
Juan de la Cruz su prior desde 1582 a 1588. En 1835, al igual que
sucedió con La Cartuja, debido a la desamortización de Mendizábal, los monjes
carmelitas fueron exclaustrados y la ermita y sus propiedades expropiadas por
el Estado. En 1845 sería subastada públicamente pasando a manos privadas. En
1957 el Ayuntamiento de Granada, actual propietario, adquirió el Carmen de los Mártires pasando a integrarse en
el patrimonio público.
Quiero
aprovechar el origen de este lugar y el de su nombre para refutar un mito/tópico
sólidamente asentado en la actualidad que mantiene la existencia de una convivencia
idílica de las tres culturas (judíos, cristianos y musulmanes) durante la
ocupación musulmana. Para ello, me remito a las palabras de uno de los más
insignes historiadores españoles, D. Antonio Domínguez
Ortiz, fallecido en Granada, a la que estuvo muy vinculado. Este
historiador frente a la mitificación al uso mantiene que “No es verdad que hubiera habido previamente una etapa de convivencia ideal.
La convivencia medieval entre las distintas razas y religiones fue más bien una
difícil coexistencia. Pintar como un feliz hogar común a la Granada nazarí es
un completo error; allí los judíos eran pocos y descalificados, y los únicos
cristianos eran los que estaban en las mazmorras”.
Como muestra, unos botones. La matanza de judíos granadinos que arrasó la judería el 30 de diciembre de 1066; murieron cerca de cuatro mil. Otra en 1162, al aplastar los almohades una insurrección de los pocos judíos que quedaban, convertidos al Islam por la fuerza en tiempo de los almorávides. Los que sobrevivieron fueron obligados por el califa a llevar indumentarias especiales, de color azul, para diferenciarlos de los musulmanes. En el siglo XIII los judíos de Granada todavía estaban obligados a llevar un gorro amarillo en vez de turbante (Joseph Pérez - "Los judíos en España"). Aunque no sirva de consuelo, "las matanzas de judíos se dan lo mismo en la España musulmana que en la cristiana" (Julio Caro Baroja).
Como muestra, unos botones. La matanza de judíos granadinos que arrasó la judería el 30 de diciembre de 1066; murieron cerca de cuatro mil. Otra en 1162, al aplastar los almohades una insurrección de los pocos judíos que quedaban, convertidos al Islam por la fuerza en tiempo de los almorávides. Los que sobrevivieron fueron obligados por el califa a llevar indumentarias especiales, de color azul, para diferenciarlos de los musulmanes. En el siglo XIII los judíos de Granada todavía estaban obligados a llevar un gorro amarillo en vez de turbante (Joseph Pérez - "Los judíos en España"). Aunque no sirva de consuelo, "las matanzas de judíos se dan lo mismo en la España musulmana que en la cristiana" (Julio Caro Baroja).
Volviendo al Carmen de los
Mártires, lo que podemos observar hoy, aunque conserva algunos restos del
antiguo convento carmelita, no tiene ningún parecido con su aspecto original.
El edificio principal y el jardín romántico que lo rodea fueron construidos
después de pasar a manos privadas en 1845 y su
aspecto actual se ha ido conformando con la incorporación/supresión de
elementos por sus distintos propietarios. Es declarado “Jardín Artístico” en
1943.
Terraza posterior, adornada con glicinias emparradas en una bella pérgola. |
El jardín, uno de los
mejor conservados del siglo XIX, contiene diversos estilos de jardines
históricos: francés, inglés (Jardín de las Palmeras) y español; un lago y otros
lugares de interés como el Patio Nazarí.
Patio Nazarí. |
Los jardines de estilo
inglés se caracterizan por intentar imitar la naturaleza tal como es en la
realidad, en contraposición con los jardines de estilo francés que son
simétricos, organizados en parterres alrededor de un punto central.
Aunque hay muchos lugares
en el Carmen de los Mártires en los que puedes sentirte en el interior de un
jardín de tipo inglés, el que se designa con este nombre es un bosque de palmeras
con caminos sinuosos que está junto al palacete.
El jardín de estilo
francés es de tipo versallesco con un amplio estanque bajo en el centro rodeado
por cuatro parterres con esculturas que representan las cuatro estaciones y
grandes copas de terracota.
Es una visita inexcusable,
que perfectamente hubiera podido incluir entre las imprescindibles.
2.- La Carrera del Darro.
Es un paseo corto pero
intenso, de una extraordinaria belleza. No en vano algunos le llaman la calle o
el paseo más bonito del mundo. El paseo se puede hacer a cualquier hora del
día, incluso de noche, cada momento tiene su atractivo.
Transita por el valle del
río Darro, entre las colinas del Albaicín y de la Alhambra. Se inicia en la
Plaza Nueva/Plaza de Santa Ana, donde el río se encuentra embovedado. Después
de admirar el Palacio de la Chancillería y la iglesia de Santa Ana, continuamos
por el fondo del valle, ya con el río al descubierto.
La Carrera del Darro es una
vía de estrechas dimensiones en la que convergen por la izquierda, en el
sentido de la marcha, las empinadas callejuelas del Albaicín y por la que
discurre, por la derecha, el río Darro. La calle está salpicada de bellos
puentes, conventos y casas señoriales.
El final de este paseo es
espectacular. Se terminan las estrechuras y llegamos al Paseo de los Tristes. Desde
allí se puede disfrutar de la Alhambra desde una perspectiva distinta, desde
abajo. Es un lugar perfecto para sentarse, en un banco o en una de las numerosas
terrazas existentes en la zona, y recrearse con las magníficas vistas antes de
emprender la vuelta.
Este paseo se podría
continuar, con más tiempo y fuerzas, subiendo la Cuesta del Chapiz, hasta el
Sacromonte, por un lado, o hasta el Albaicín/Mirador de San Nicolás, volviendo
en ambos casos en autobús.
3.- El Realejo.
El Realejo, conocido como
la antigua judería, es un bonito barrio granadino que en la actualidad no conserva
ninguna relación con aquellos tiempos, como no sea por la estatua de Yehuda Ibn Tibon (médico, filósofo y
poeta granadino) que se encuentra en la entrada al barrio desde de la Plaza de
Isabel la Católica, al inicio de la calle Pavaneras; y por el Museo Sefardí que
se encuentra en la Placeta Berrocal, junto a la Puerta del Sol, lugar muy recomendable
donde se conserva un magnífico lavadero público del siglo XV.
El barrio tiene dos partes
bien diferenciadas. La primera, la parte más alta, pegada a la colina de la
Alhambra, en la que todavía se conserva el viejo trazado de calles estrechas y
desordenadas, propio de las medinas musulmanas; y la segunda, la zona llana,
muy distinta a la anterior, que alberga numerosos palacios, conventos e
iglesias.
Al fondo la Iglesia de Sto. Domingo, fundada por los Reyes Católicos en 1492. En el centro de la plaza la estatua de Fray Luis de Granada que estuvo con anterioridad en la Plaza Bib-Rambla. |
Su centro neurálgico es el
Campo del Príncipe, amplia plaza de forma
irregular, en la que se encuentra el Cristo de los Favores, imagen a la que los granadinos tienen gran devoción, con una
historia muy bonita que os invito a conocer pinchando en el enlace. El Campo
del Príncipe es uno de los mejores lugares de Granada para ir de tapas.
4.- La Alcaicería.
La pequeña visita que
propongo puede iniciarse en una de las plazas más populares y con más historia de
Granada, la plaza Big-Rambla o Bibarrambla. Sus orígenes se remontan a la época
musulmana (s. XIII), pero su importancia como centro de grandes fiestas y
celebraciones de la ciudad hay que buscarlo en época cristiana. En un lateral
de dicha plaza, el más próximo a la Catedral, existe un arco, que pasa casi
desapercibido, que nos transporta a otra cultura, la musulmana: la Alcaicería.
Como suele suceder,
teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde su fundación en el s. XV, su
aspecto actual no tiene nada que ver con el que tuvo en sus momentos de
esplendor. Hoy, después de su origen nazarí, de su esplendor y decadencia en época
cristiana, no queda nada de lo que fue la primitiva Alcaicería.
La Alcaicería era el lugar
donde se comerciaba con la seda en bruto y manufacturada, casi exclusivamente, y
otras mercancías lujosas. En la actualidad, después del declive del cultivo de
la seda en el siglo XVIII y del incendio sufrido en 1843, su aspecto es similar
al de cualquier zoco de Marrakech o Tánger; y en él se venden todo tipo de mercancías:
textiles, vestidos, objetos de taracea y de cerámica, bisutería, recuerdos de
Granada …
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